Cuentos, ensayos, debrayes y pendejadas

domingo, 30 de marzo de 2008

Bebiernes Santo


10AM. Abro los ojos. Puta, sigo en casa de Sory. Ella y Naty duermen aún. A las 9 debía estar en el desayuno anual del Por Esto! al que me habían invitado, el plan era ir con Sory. Ya ni pedo, será el próximo año. Me lamento en silencio.

Me la estoy pelando, así que decido hacer algo útil y comienzo a limpiar el tiradero de la noche anterior. Lavo trastes, recojo basura y barro el suelo. Alrededor de las 12 Sory baja y me encuentra todavía con la escoba en la mano. Se maravilla de encontrar la casa limpia y a mí tan industrioso. Naty se sorprende, y agrega que era mi deber. Jajaja. Nunca cambia su carácter.

Mientras hacen el desayuno-almuerzo, decidimos irnos a acampar a la playa. Pero Naty, su hermanita, prefiere irse a Playa del Carmen, donde ella vive y trabaja. Se marcha.

Sory y yo nos disponemos a ir cuando Héctor decide unirse. Tendremos que pasar por su casa a recogerlo y luego a la mía, necesito mis cosas y saquear un poco de latería y un vino. Ya estamos en camino con el primer six de chelas y el soundtrack de la película de la noche anterior sonando en el estéreo del auto. Llegamos a Chelem y hacemos una parada técnica en mi casa del puerto para alimentarnos, mi familia está ahí. Después, cuando ya ha oscurecido un poco arribamos a Ixtul, el sitio elegido para acampar. Se encuentra después de Chunurná, cerca de los arenales.

Todo está desierto. Con no poco trabajo armamos la casa de campaña envueltos en la potente brisa marítima y la oscuridad de la noche. Lo logramos. Continúa la bebedera.

De pronto, a pesar de las velas, la luna llena aparece y logra iluminar toda la playa y deja ver nuestros rostros decadentes y grisáceos. Platicamos chido y orinamos en la arena. Perdonen mi descaro, pero qué hermoso es orinar desde un montículo de arena blanca, con el viento en el cabello, mirando el horizonte, las estrellas y la luna, totalmente en paz y serenidad. Son de esas meadas para el recuerdo...

Después de exorcizar un rato a nuestros demonios, Sory decide irse a dormir a las 2AM. La comprendo, no para todos es el insomnio etílico. Héctor y yo aprovechamos para tener una charla de caballeros que habíamos postergado. Nuestra amistad se refrenda porque nos ha aquejado la misma cruz en tiempos distintos pero no lejanos. Se puede platicar y beber chido con él y viceversa, ambos lo sabemos. Deberíamos hacerlo más seguido. Sólo un diálogo de hombre a hombre, de homo vinis a homo vinis.

Nos amanece con el corazón en la mano y la botella en la boca. Comenzamos a tomar puros secos ya para irnos a dormir contentos. Sory duerme profundamente y un menage a trois me cruza como una ráfaga en la cabeza. Pero nahhh. Mejor dormimos, que a esa mujer ni dos cabrones la levantan una vez que se acuesta. Para variar, ser un titán me perjudica: acabo durmiendo con mis pies afuera de la casa de campaña.

11AM. Sory nos despierta para ir por unas caguamas para desayunar. Luz, demasiada luz. Mis ojos color caribe no la soportan. Ya con lentes y medio pedo, me encaramo con ella en la camioneta para ir por las chelas. Condenada, se ve muy bien en bikini. Arranca y mientras retrocedemos decide girar ahí mismo y la llanta se hunde en la arena. Puta madre. Sedientos y desvelados bajo el sol del mediodía, Héctor y yo comenzamos a cavar...

Después de dos horas y un poco de ayuda logramos salir. Héctor se queda asando las hamburguesas en la parrilla. El plan prosigue según lo acordado. Regresamos con las chelas y listos para un chapuzón. Héctor se niega a pesar de tener dos días sin bañarse. Como sea, el se lo pierde. De antemano sé que ese baño en el mar es el remedio ideal para sentirnos como nuevos y seguir la fiesta. Así es. Sory y yo bebemos en el mar, la caguama nos sirve de flotador. Se siente tan a toda madre, que acabo saliendo del agua para hacerme de unos cigarros. El porro que nos fumamos antes me pone alegre. Eso es todo, pacheco, asoleado, en el agua con una mujer guapa bebiendo y fumando a nuestras anchas. Eso es vida y no pendejadas.

Salimos, comemos las hamburguesas, recojemos el campamento de prisa y nos dirigimos de nuevo a Mérida: Misty, la hermanita de Héctor, cumple años y la bacanal se encuentra dispuesta a recibirnos en cuanto lleguemos.


De nuevo ebrio, cansado, lleno de arena pero con cigarros y unas latas de cerveza bajo las piernas. Héctor se duerme en el asiento trasero y Sory conduce media peda y todavía en bikini. Si he de morir que sea en compañía de semejantes amistades. La vida es buena conmigo, me ama, a pesar de que a veces coqueteo con la muerte...

3 comentarios:

visitación dijo...

eres mi alimaña social de dudosa procedencia... sigue así

Raven Lausleahleahhann dijo...

Jajajaja, buen e interesnate relato... aunque cuidese, eso de coquetear conmigo (La Muerte... asi me llaman) no le va a dejar mucha vida.

Kitsune dijo...

:O
Raven en el blog de Ric!!! En serio el mundo es chico o qué?

@Ric, ya viste? Estoy posteando!!!
Contento ahora?
Y pues, qué demonios! También eres mi alimaña social de dudosa procedencia (pero de los congresos)... lo dijeron los poblanos, que no?
:P
LOL